La detección de fugas en sistemas de aire comprimido para plantas de alimentación y bebidas es, quizá, una de las acciones más importantes al momento de aumentar la eficiencia y los ahorros para impulsar la rentabilidad del negocio y, considerando que esta utilidad depende de la presión del aire, incluso las fugas pequeñas pueden tener un alto impacto en los costos operativos.
Al hablar de la detección de fugas, es importante conocer dónde se encuentran comúnmente dentro de la industria de alimentos y bebidas. Esta industria tienen consideraciones únicas cuando se trata de fugas de aire comprimido porque la consistencia del producto es fundamental para la reputación y el cumplimiento de la marca, especialmente porque las plantas y los equipos de producción están sujetos a estrictos controles y regulaciones para evitar la contaminación.
En las plantas de alimentos y bebidas, múltiples activos de compresores de aire se conectan a través de tuberías para entregar aire comprimido para mover productos, operar herramientas neumáticas o bombear líquidos para una variedad de propósitos en cadenas de producción, empaque y limpieza. Aquí hay unos ejemplos:
- Bocadillos y amortiguación de aire con nitrógeno: el lavado con nitrógeno se usa para llenar bolsas para amortiguar con aire los bocadillos delicados para evitar daños. Se excluye el uso de oxígeno porque reacciona con los productos alimenticios, especialmente los elaborados con aceites.
- Alimentos y limpieza: el aire comprimido se purifica y filtra para garantizar la seguridad de los alimentos y mantener el punto de rocío a presión adecuado necesario para evitar el crecimiento microbiano.
- Pelado de frutas y verduras: En la preparación para el envasado, los chorros de aire a presión eliminan eficazmente las cáscaras de frutas y verduras. El aire comprimido a alta presión también se usa para cortar alimentos como una alternativa más limpia a los cuchillos o cuchillas.
- Cervecerías, fermentación y embotellado: el aire comprimido aumenta los niveles de oxígeno para completar el proceso de fermentación bacteriana. Los compresores de aire reducen el oxígeno residual durante el embotellado y las botellas se enjuagan con dióxido de carbono y se llenan de cerveza utilizando maquinaria accionada neumáticamente. Debido a que las cervecerías operan en ambientes cálidos, los sistemas son más vulnerables a las fugas.
Las fugas de aire en cualquier punto pueden ralentizar la producción, afectar la calidad del producto, crear problemas de seguridad o contaminación, o los cuatro, y dañar el resultado final.
De hecho, debido a las fugas de aire comprimido, existen una serie de costes ocultos. El aire comprimido y los gases deben estar disponibles a una presión específica para lograr los objetivos de producción y calidad; sin embargo, muchas instalaciones aceptan las fugas de aire como un coste de hacer negocios. Esos costes pueden ser altos en la pérdida de energía, pero a menudo en otras formas ocultas, como la eficiencia, la calidad y el tiempo de inactividad.
Una sola fuga de ¼ de pulgada en una línea de aire comprimido puede costarle a una instalación entre 2500 y más de 8000 euros por año, según estimaciones. La localización y reparación de fugas generará ahorros significativos según los requisitos de presión y los costes de energía.
Beneficios de la detección de fugas en sistemas de aire comprimido para plantas de alimentación y bebidas
- Aumenta la eficiencia a través del mantenimiento regular: los sistemas de aire comprimido que no reciben un mantenimiento regular después de la instalación podrían perder entre el 20 y el 30 por ciento del aire comprimido solo por fugas.
- Reduce los gastos: la caída de presión a menudo se diagnostica erróneamente como fallas del equipo, lo que resulta en una inversión de capital adicional en nuevos compresores de aire.
- Disminuye el tiempo de inactividad: el tiempo de producción perdido por caídas de presión o la instalación de nuevos equipos requerirá tiempo de inactividad del equipo y afectará negativamente los cronogramas de planificación. El tiempo de inactividad no planificado cuesta un promedio de 200 euros por minuto, por lo que es fundamental evitarlo.
- Mejora la calidad del producto: la presión insuficiente da como resultado un sellado defectuoso del paquete o que el producto comestible no cumpla con los requisitos de textura o sabor consistentes.
- Mejora la seguridad del producto: las fugas que causan contaminación generan altos costes por desperdicio, sanciones por cumplimiento y daño a la reputación.
- Disminuye la huella de carbono: Los sistemas con fugas de aire y gas se vuelven ineficientes, lo que impacta en la huella de carbono de una empresa y les impide cumplir con los objetivos ambientales o de sostenibilidad.
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